HISTORIAS ROJIBLANCAS
Regreso a las medias negras
LOS CROMOS DEL ATHLETIC 1974/75
En Kinshasha, la capital de Zaire, el dictador Mobuto Sese Seko había conseguido atraer la atención del mundo a finales de octubre de 1974. Logró que George Foreman y Muhammad Ali se enfrentaran allí por el título mundial de los pesos pesados. El campeón y el aspirante protagonizaron lo que después se llamó The rumble in the jungle, la pelea en la selva, una de los grandes acontecimientos de la historia del boxeo. Alí había perdido el título por negarse a hacer el servicio militar en Vietnam. Se disputó el día 30. Ganó Alí por KO en el octavo asalto.
Tres días antes, los prolegómenos de la pelea compartían titulares deportivos en los periódicos de Bilbao con la victoria del Athletic frente al Atlético de Madrid por 3-0, un triunfo revitalizador después de cinco jornadas decepcionantes en el comienzo de la temporada. Andaba el equipo de Rafa Iriondo sin ideas, y las expuso todas aquel día, pese a que las alarmas estaban encendidas. Perdió el Athletic en La Rosaleda en el inicio liguero, y volvió a caer con estrépito en San Mamés (1-4) frente al Sporting.
El tercer partido fue la tercera derrota, contundente, contra el Valencia en Mestalla (3-0). El Athletic sólo pudo empatar en casa ante el Hércules y arrancar otro puntito en Salamanca, así que se esperaba con expectación el partido contra el Atlético, que podía marcar la trayectoria en la Liga.
Pese a todo, en Bilbao había cierto optimismo. No se sabía muy bien por qué, pero en la calle se hablaba de una victoria y los periódicos reflejaban el «moderado optimismo» que reinaba en la afición a la hora de afrontar un partido frente al equipo en el que jugaba Javier Irureta, que un par de años después ficharía por el Athletic.
La primera sorpresa la dio el equipo bilbaino al saltar al campo: después de muchos años cambiaba el diseño de la camiseta, con rayas más estrechas rojas y blancas y además, con el escudo sobre el pecho, una novedad absoluta en la indumentaria. Desde que vestía de rojo y blanco, el Athletic nunca había portado el emblema salvo en los jerseys de los porteros. La última sorpresa eran las medias, de nuevo, tras más de dos décasas, de color negro y con la vuelta roja y blanca.
Con la indumentaria nueva salió a jugar el Athletic con otro aire y arrolló al Atlético. «Huracán Athletic», tituló La Gaceta del Norte. Dos goles de Carlos y uno de Lasa derrotaron al equipo colchonero, que no pudo hacer nada ante el vendaval que se encontró enfrente. Por primera vez jugaron juntos Carlos y Amorrortu y el experimiento le salió bien a Rafa Iriondo. El primero marcó dos goles y el segundo fue el protagonista en el primero y el tercero del equipo rojiblanco. El técnico decía al final que tenía línea delantera para toda la temporada y en el otro bando, Juan Carlos Lorenzo, al que semanas después sustituiría Luis Aragonés, que pasó en una semana de jugador a entrenador, se justificaba diciendo que los tres goles habían llegado en errores de la defensa.
El Atlético no andaba tampoco muy boyante. El autor de la famosa frase de «entre bomberos no nos pisamos la manguera», no daba con la clave para poner en funcionamiento la maquinaria colchonera. Cuando el Athletic visitó el Calderón en la segunda vuelta, ya no se sentaba en el banquillo.
Aquella del regreso a las medias negras fue una temporada irregular en la que el Athletic se salvó del descenso en las últimas jornadas. Sin embargo tuvo un desenlace feliz porque Carlos Ruiz, el delantero centro del equipo bilbaino, se convirtió en el Pichichi de Primera División. Acabó la temporada con 19 goles, después de meterle dos a la Real Sociedad en la última jornada y tuvo el mérito de superar en dos tantos a Garate, del Atlético de Madrid, y a Santillana, del Real Madrid, que había ganado la Liga y había conseguido 24 goles más que el Athletic. Carlos fue el último rojiblanco máximo goleador de la Liga española.