CRONICAS AÑEJAS
La ONCE gana, Jalabert líder
MIS ETAPAS FAVORITAS, 2000 4ª etapa 4 de julio NANTES / SAINT NAZAIRE. Ganador: equipo ONCE

Será una mera cuestión semántica, pero basta una frase para organizar un lío. Ganó la ONCE y Jalabert se puso líder. Cañada era segundo y Olano tercero. El equipo español tenía ocho hombres entre los nueve primeros. Todos felices, pero minutos después llegó el jarro de agua fría. El jurado decidía sancionar a cada corredor del equipo amarillo con 20 segundos.
¿Eso es lo más grave? No. Lo peor llega al leer la nota número 4 del jurado de comisarios. Las primeras líneas se refieren a la sanción, pero el segundo párrafo relata el incidente que sucedió en el kilómetro tres de etapa, cuando unos idiotas lanzaron fardos de paja al equipo español: «El jurado de comisarios ha constatado que el ligero incidente sucedido al paso de los corredores de la ONCE-Deutsche Bank, a causa de manifestantes ajenos a la organización, no ha tenido consecuencias desfavorables para el equipo». Vamos, como si un energúmeno lanza una piedra en un campo de fútbol y el árbitro disculpa al equipo de casa certificando que el agresor no era un directivo.
Por lo visto son jueces y parte, y Manolo Sáiz vuelve a estallar: «Es increíble. Cuesta 40 kilómetros coger 20 segundos de ventaja y te los quitan por una tontería. Luego te tiran fardos a la carretera y no pasa nada. Otra vez queda demostrado que los árbitros no están a la altura. Van muy cómodos en el coche». El cabreo del cántabro es monumental. No es para menos. Todo después de una exhibición de sus hombres en 70 kilómetros agotadores. Una etapa para poner en un marco.
Nueve hombres en fila india. Olano en cabeza; después Etxebarria, Jalabert, Serrano, Gutiérrez, Peña, Cañada, Luttenberger y Jalabert el pequeño. Una alineación para recordar. Relevos cadenciosos, rodar armonioso. Potencia y seguridad. Nueve ciclistas deslizándose camino de Saint Nazaire, vestidos de amarillo, el color del Tour y de la ONCE, el que nunca pueden exhibir en una etapa normal de la Grande boucle y que la organización les permitió usar ayer, tal vez para limar asperezas. «Ha sido un buen detalle. Espero que sirva para olvidar los días oscuros de 1998». Tal vez el comienzo de una gran amistad.
Los rivales eran el US Postal de Armstrong y el Telekom de Ullrich. En La Roche de Gres, pese a los fardos, las cosas iban bien: tres segundos de ventaja a los americanos y siete a los alemanes. La ONCE para arriba, los demás hacia abajo.
Los entendidos hablan de varias claves para ganar una contrarreloj por equipos. A saber: fluidez en el rodar, sensibilidad de los jefes para conocer el estado general del equipo, contar con varios hombres que lleven el peso, tener a todos los hombres el máximo de kilómetros posibles… Y tal vez lo más importante: creer en la victoria. «Sabíamos que podíamos ganar. El trabajo psicológico de Manolo fue muy importante», según Jalabert.
Y luego, parte del gozo, al pozo. Veinte segundos, nada en un Tour (casi siempre), mucho para Sáiz. Tras la sanción Armstrong es tercero y Olano cuarto.
Por cierto, las previsiones de los otros dos equipos españoles no se cumplieron. Zülle (Banesto) tiene ahora menos peso -perdió 4.23- y el Kelme de Escartín deberá remontar los 5.08 que se dejó contra el viento y el llano camino de Saint Nazaire.
