LOS CROMOS DEL ATHLETIC
Delantera de carrerilla
TEMPORADA 1951/1952
En la portada del álbum de la Editorial Bruguera de la temporada 1951/52, aparecen dos jugadores del Athletic: Zarra y Gainza, además de César, Puchades y Gonzalvo. Eran los ases de la Liga y de una colección que como apuntaba el álbum en su portada recogía a todos los titulares de Primera División «y suplentes más destacados». Junto a los jugadores aparecían la bandera y el escudo de cada equipo, pero no hay rastro de esos suplentes destacados que se quedaron, al parecer, en el limbo. Como sucedía en aquellos años ya remotos, observando las fotografías de los jugadores se pueden ver rostros de personas en edad adulta, cuando en realidad, son todos jóvenes en la veintena. Sin embargo, los rostros curtidos de los años cincuenta parecen aumentar la edad de los protagonistas.
Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza. Nada de tridentes ni tonterías de BBC. Aquellos cinco sí que eran magníficos. Extraordinarios, según recoge la historia del fútbol, Cinco delanteros, como mandaban los cánones hasta que se instauró la WM exportada por el Arsenal de Chapman y cambió el fútbol. Eran los hombres más temidos en la Liga española. En la 1951/52, sin embargo, sólo jugaron juntos una vez. Las lesiones impidieron la continuidad de aquel quinteto fantástico. Pero en aquella jornada jugada el 25 de noviembre de 1951, consiguieron un hito que sólo habían logrado una vez antes: marcaron los cinco en el mismo partido.
La primera vez fue dos años y unos días antes, frente al Nastic de Tarragona. El partido acabó con un contundente 7-0. Iriondo marcó dos veces y Panizo otras dos. Los otros tres futbolistas sumaron un gol cada uno. Y la única vez que se pudieron juntar dos años más tarde, repitieron contra el Atlético de Madrid. Fue un 7-3, con dos tantos de Venancio e Iriondo.
El mismo día en el que se jugó aquel partido, los periódicos anunciaban con grandes titulares que el Papa Pio XII pudo ver cuatro veces, durante los meses de octubre y noviembre, la reproducción del milagro de Fátima, que ocurrió 34 años antes, es decir, un pase privado para el pontífice de los movimientos del sol en el cielo desde los jardines vaticanos. «¿No se transporta así Fátima al Vaticano y el Vaticano a Fátima?», se preguntaba La Gaceta del Norte.
Tal vez la noticia trataba de contrarrestar el rechazo de la Unión Soviética a las peticiones occidentales de desarme, por eso de que uno de los secretos de Fátima era la conversión de la Unión Soviética.
La Liga 1951/52 la ganó el Barcelona, con tres puntos de ventaja sobre el Athletic, que acabó segundo. Los tropiezos en casa y fuera contra uno de los colistas, el Racing, resultaron fundamentales para que el Athletic no ganara aquel campeonato. Los bilbainos perdieron los dos partidos frente a un rival inferior. Ganaron, eso sí, al exótico Atlético Tetuán, que aquella temporada consiguió el ascenso a Primera División, cuando la ciudad africana aún pertenecía a España.
La delantera que marcó al completo aquel 25 de noviembre, se recitaba de carrerilla entre los aficionados al fútbol y sin embargo, los cinco jugadores que la componían, sólo llegaron a jugar juntos en 55 partidos. Hubo temporadas completas sin que llegaran a juntarse, por diversas circunstancias. La historia comenzó con el debut de Venancio López, que fue el último en llegar al Athletic, el 8 de abril de 1945. Una semana más tarde, frente al Sevilla en Nervión, ya jugó junto al resto. El Athletic ganó 2-3, y marcaron Gainza, Iriondo y Panizo de penalti. Ese año volvieron a coincidir tres veces más en la Liga y dos en la Copa. Sin embargo, en la temporada siguiente no jugaron juntos ni una sola vez, una circunstancia que se repitió en la temporada 1947/48. La anterior jugaron apenas tres veces. Sin embargo ya iban haciéndose un hueco en la historia del fútbol español.
La temporada que más veces se repitió la delantera atómica del Athletic fue la última en la que los cinco futbolistas coincidieron en la plantilla rojiblanca, la 1952/53. Se juntaron en 12 partidos de Liga y cinco de Copa, en la que los rojiblancos llegaron a la final, que perdieron contra el Barcelona. Fue su último partido juntos. En esa campaña sumaron 82 goles entre los cinco, aunque como era habitual, fue Zarra quien se llevó la palma y marcó treinta.
Aquel partido fue, posiblemente, el del cambio de ciclo de un equipo histórico. La delantera rojiblanca dio paso a la del Barcelona, que formaban Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón, a los que cantó Joan Manuel Serrat y que jugaron el último partido de Liga en el que el Athletic alineó a su famosa vanguardia. Ese día, en Les Corts, se alinearon frente a frente las dos delanteras más celebradas de la historia del fútbol español. Ganó el Barça 3-2.
Luego, el equipo de los cromos se dispersó. El primero en dejar el Athletic fue Rafa Iriondo, que acabó su trayectoria deportiva en la Real y luego se hizo entrenador. La delantera se desmembró definitivamente en junio de 1955, cuando Zarra, Venancio y Panizo dejaron el club.
El primero jugó aún dos temporadas en el Indautxu y el Barakaldo. Luego, ninguno de los tres ligó su vida al fútbol. Venancio López, que murió en 1994, abrió un almacén de metales. Siempre recordaba que el haber jugado en el Athletic le abrió muchas puertas en sus negocios. Panizo creó una empresa de suministros industriales y Zarra, el más conocido de todos, puso una tienda de deportes junto a su gran amigo Rafa Iriondo que llevaba el nombre de ambos: «Irizarra» en la calle Rodríguez Arias de Bilbao.
Piru Gainza, que fue el primero en debutar con la camiseta del Athletic, el 15 de enero de 1939, completó 20 temporadas como rojiblanco hasta su último partido, en mayo de 1959. Tuvo sólo dos empresas en su vida: la fábrica de la Basconia primero y el Athletic hasta que se jubiló.