ATHLETIC
Lecciones del confinamiento
JON RIVAS
Una de las lecciones que nos ha dejado el confinamiento obligatorio en los meses de marzo y abril, es que no es lo mismo ponerse en forma dando toques a un rollo de papel higiénico que hacerlo con un balón, y que hay algunos futbolistas que se quedaron en la fase Scottex, más liados que el cachorro que se enreda con la tira de celulosa. Que no carburan, vaya. Hay ejemplos a patadas en La Liga, y no hace falta ni nombrarlos, porque los resultados lo dicen todo.
Afortunadamente para el Athletic, esto no parece haber sucedido entre la amplia nómina de futbolistas con la que cuenta Gaizka Garitano. Y es más: cuando estábamos convencidos de que el fondo de armario resultaba insuficiente; que el entrenador tenía a su núcleo duro y el resto eran poco más que figurantes, resulta que no. Que quienes habitualmente juegan los minutos menos interesantes de un partido, o que sirven para refrescar a los titulares, también han dado el paso adelante que requiere la situación y están dando la cara, poniéndole muy difícil al entrenador su labor de elegir. Puede resultar paradójico, pero a Garitano se le ha achacado desde hace tiempo su supuesta incapacidad para gestionar los cambios, y muchos se hacían cruces pensando en que la ampliación temporal a cinco sustituciones iba a ser más un lastre que una ventaja para el Athletic, y, mira por dónde, eso no es así.
Justificar resultados
De todas formas, no conviene olvidar que aunque en otros lares se justifican los malos resultados alegando a que la suspensión temporal de partidos y entrenamientos rompió rachas de buen juego y resultados, no está de menos recordar que antes del encarnizamiento de la pandemia, el Athletic había conseguido clasificarse para la final de Copa, que no es cuestión baladí, y después enlazó dos victorias frente al Villarreal y el Valladolid, esta última de forma contundente (1-4). Es cierto, sí, que antes había tenido una época de malos resultados que se pueden justificar por el sobreesfuerzo de varias eliminatorias coperas encadenadas por un equipo que basa mucho de su forma de actuar en el físico.
Es por eso, tal vez, que el parón le haya venido bien para refrescar las piernas de sus futbolistas, que se han tomado el último tramo de la temporada como un sprint para tratar de adelantar a sus rivales camino de la meta. Comenzó el Athletic rezagado, pero ya está en los puestos de cabeza. No será fácil, pero el partido que jugaron los rojiblancos en Valencia habla de un grupo fresco, bien conjuntado, dominador y ambicioso. Luego, las cosas pueden salir bien, regular o mal, pero la actitud de los jugadores no se puede poner en duda de ninguna forma. Frente a un Valencia de plantilla poderosa, el Athletic fue mucho mejor. Está claro que todos se lo han tomado en serio, durante el confinamiento y en el regreso al terreno de juego. Me quedo con las palabras de Raúl García, el héroe de Mestalla, al acabar el partido: «Nos sentimos fuertes. Tenemos mucho respeto, pero nunca miedo».