TOUR 2021
Más duras serán la caídas
TOUR DE FRANCIA / TERCERA ETAPA

LORIENT / PONTIVY (182,9 Kms.)
GANADOR: TIM MERLIER LÍDER: MATHIEU VAN DER POEL
Es indudable que el ciclismo es un deporte de riesgo, que las caídas forman parte del pan de cada día para los corredores. Hace años, hablando con Miguel Indurain mientras veíamos por televisión una carrera, y después de una motonera en el pelotón, le comenté que él no se caía nunca, y me contestó que sí, que se caía, aunque tal vez sus caídas no se vieran tanto por televisión, y que recordaba una vez, en el Tour, cuando intentó pararse a orinar y todo el equipo Banesto que le acompañaba, frenó a la vez, y se fueron todos al suelo alrededor del maillot amarillo. «Fue un buen trompazo», me dijo, pero no trascendió porque en aquellos tiempos no había tantas cámaras siguiéndolo todo, porque, no sé si lo saben los que leen estas líneas, en la web del Tour se puede elegir la cámara en la que ver lo que está pasando en la carrera; que si la cabeza del pelotón, que si la cola, que si la moto 3. Todas las imágenes en directo están a disposición del espectador, claro que hay que conectarse en Francia o a través de una VPN que te conecte a través de Francia, que es algo bastante sencillo, por otra parte.
Ahora las caídas se ven mejor, y casi duelen más, aunque no baste eso para capturar a los aficionados insensatos que escapan después de montar una escabechina, y cada vez que se produce una, das un salto en la silla, en el sofá, o allá donde estés viendo la etapa, y casi mecánicamente, te pones a buscar amigos o conocidos entre los lastimados, que es una manera de decir, que escudriñas en busca de favoritos que se hayan podido ver implicados en la caída.
En la tercera etapa fue fácil hacer una lista de damnificados, casi desde el principio de la etapa hasta el final. No había pasado mucho desde que comenzó la carrera cuando ya veíamos herido a Geraint Thomas, un ilustre ganador del Tour al que esta vez le había tocado cruz. Se temió por su continuidad, pero visto lo que pasó más adelante, y después de repasar la clasificación, habrá que convenir en que no salió tan mal parado como pudiera pensarse en un primer momento. Seguro que durante muchos kilómetros se fue aguantando el dolor y maldiciendo su mala fortuna, pero al llegar a la meta pudo decir que, al fin y al cabo, tampoco había estado tal mal.
El último ganador del Tour acabó la etapa un tanto desorientado: «He conseguido no irme al suelo, pero no ha sido un buen día. Ha habido muchísimas caídas una vez más. Ha sido una etapa muy loca. Si soy sincero, ha sido todo tan caótico que no sé ni dónde estaban mis rivales. Sólo sé que sigo llevando el maillot blanco… y que he perdido tiempo en meta”.
Y es que todavía quedaban unos cuantos revolcones antes de llegar a la meta. El más trascendente, el que se produjo a nueve kilómetros, cuando la cámara que iba delante del pelotón captó como, por la parte izquierda saltaba por los aires Primoz Roglic. No hubo que esperar a que lo anunciara nadie, era él, tal vez el candidato número uno a ganar el Tour con permiso de Pogacar. Se quedó sentado con el trasero en el asfalto, con la ropa hecha jirones, como en las películas de Charlot cuando le explota una bomba.
Ojo, que era Roglic, y no estaba el pelotón como para detenerse y esperar, no era ya el momento con la carrera lanzada y el equipo del líder, el Alpecin, pletórico en busca de otra victoria de etapa. Se quedaron todos sus compañeros a esperarle y tratar de paliar los daños, como había hecho el Movistar un rato antes para conducir a Miguel Ángel López después de otro tropezón en el que tuvo que cambiar de bicicleta. Y se quedó también el UAE de Pocagar en otra caída en la que el vigente campeón se quedó enganchado y no podía salir, y ya sólo restaban cuatro kilómetros hasta la meta, así que parecía que el pequeño grupo de ciclistas que entró en Pontivy en cabeza, liderado por el líder, iba a disputar un sprint limpio, sin problemas, pero no fue tal, porque en los últimos metros, Caleb Ewan hizo el afilador y arrastró a Peter Sagan cuando iban lanzados. El australiano se rompió la clavícula, el eslovaco sólo chapa y pintura, pero la llegada quedó expedita para el Alpecin y la victoria de Tim Merlier y el segundo puesto para su compañero de equipo Jasper Philipsen. El amarillo sigue siendo de Van der Poel, pero lo más significativo tal vez sea que haya unos cuántos ciclistas, como Carapaz, Van Aert, Enric Mas, Nairo Quintana o Pogacar, que después de tres días se van librando de las caídas, cada vez más duras. Ojo a la suerte, que tiene mucho que ver siempre con algo que es a veces un juego de azar como el ciclismo.
