GIRO 1999
«A la próxima, nos vamos»

JON RIVAS | Enviado especial
LANCIANO (ITALIA).- «A la próxima, nos vamos». Marco Pantani no pudo ser más claro. Los ciclistas están hasta el gorro. Ayer, tres equipos italianos fueron visitados por los médicos del Comité Olímpico Italiano (CONI), en el hotel President de Foggia. Todos los ciclistas con nacionalidad italiana del Vini Caldirola, el Ballan y el Mobilvetta tuvieron que someterse a los correspondientes análisis de sangre a primera hora de la mañana.
Y hubo enfado. Sobre todo, porque es el segundo control en apenas seis días de carrera. Un abuso según los ciclistas. Los afectados hablaron por teléfono con los representantes del resto de los equipos italianos y montaron una reunión a la que invitaron al suizo Oskar Camenzind y al francés Laurent Jalabert.
Después, Pantani, el capo del pelotón, habló con dureza. Se sentó en una mesa junto con Cipollini, Gotti, Jalabert y Camenzind y señaló: «Vamos a salir a correr por respeto al Giro y a los aficionados al ciclismo, pero no admitiremos ningún control más que no sea realizado por la Unión Ciclista Internacional o la Federación Italiana de Ciclismo. Pasaremos todos los que tengamos que pasar pero sólo por los organismos citados. De los demás no queremos saber nada. Al próximo control del CONI nos vamos para casa».
El campeón italiano fue más allá: «Ahora no es una cuestión de tutelar la salud de los corredores. Son otros asuntos los que están en el trasfondo, temas políticos por los que no vamos a pasar».
Pero el CONI también ha hablado: «Seguiremos adelante con los controles. Los ciclistas, al firmar su licencia, han dado el visto bueno al compromiso que tenemos con la Federación para poder llevarlos a cabo».
La voz de los directores la puso el del Polti, Gianluigi Stanga: «Una hora antes de la reunión de los corredores, nuestra idea era no salir en la etapa, pero decidimos hacerlo por respeto al público. Hemos llegado al límite máximo. Hay un diseño político en todo esto que no tiene en cuenta los aspectos deportivos».
Los controles del CONI son habituales en el Giro de Italia. En los últimos años, el Comité Olímpico los ha realizado, aunque el de ayer ha colmado, por su inoportunidad, la paciencia de los ciclistas. «Vamos a llegar a Milán sin sangre en las venas», dice Andrea Peron.
La Unión Ciclista Internacional, mientras, no tiene nada que comentar al respecto: «Es un acuerdo entre el CONI y la Liga Ciclista Profesional de Italia», señala el presidente del jurado internacional, Josep Bochaca.
Por su parte, Jalabert lo tenía claro: «Es un problema de todos, no sólo de los italianos». Sobre la posibilidad de dejar el Giro apeló a Pantani: «Lo que ha dicho es correcto. Se está llegando a un punto en el que no hay salida».
