TOUR 2021
Las exhibiciones
TOUR DE FRANCIA / DECIMOCTAVA ETAPA
PAU / LUZ ARDIDEN (129,7 Kms.)
GANADOR: TADEJ POGACAR LÍDER: TADEJ POGACAR
Seguro que muchos de los que puedan leer el análisis que estoy escribiendo, discrepen de mi opinión modesta, por otra parte, y que no pretende crear ninguna polémica, pero el desenlace de la etapa que finalizó en Luz Ardiden, no me gustó nada en absoluto. Tal vez porque disfruté de pleno con la era Indurain y sus formas de actuar, lo que he visto en la meta de la estación de esquí, en la que, por cierto, aprendí a no caerme de las tablas y a deslizarme por las laderas de nieve, no me ha gustado ni un pelo. Y no me refiero a la victoria aplastante de Tadej Pogacar, sino a la forma de conseguirla. Será porque no aprecio ese tipo de exhibiciones.
Ya digo que puede disfrutar en vivo de la plenitud de Indurain de su generosidad y su elegancia, no me acostumbro a ciertas cosas, y la victoria de Pogacar en Luz Ardiden es una de ellas. No me refiero, en ningún caso, al, triunfo en sí, porque de los cinco corredores que llegaron juntos a los últimos metros, el esloveno era el más fuerte, y además, el más rápido en esas circunstancias. La victoria no se discute. Tampoco si a falta de un kilómetro se le llega a ocurrir pegar un arreón para dejar a los demás y ganar en solitario, pero su forma de salir a neutralizar a Enric Mas, el más modesto del grupo, que atacó a falta de 700 metros, le quita grandeza a su dominio. Posiblemente no era el líder el más indicado para encontrar la rueda del español. Lo tendrían que haber hecho Vingegaard o Carapaz, y lo hubieran hecho probablemente pero se adelantó Pogacar.
Tenía todas las papeletas para ganar, pero eligió la forma menos elegante. El día anterior era casi una obligación ganar en solitario después de dejar tirados a los demás. Quería sentir lo que se siente pasando el primero la línea de meta vestido de amarillo y pudo experimentar esa sensación, y es muy lícito querer repetir, pero le fallaron las formas. Mas tenía una posibilidad mínima de ganar y creo que Carapaz o Vingegaard sólo unas pocas más, pero no hace falta humillar a nadie, ni molestar a nadie para vencer, porque además, el ciclismo da muchas vueltas y los corredores toman nota de los agravios, y siempre hay una oportunidad para devolver la afrenta.
“¿La actitud de Pogacar peleando por la etapa? Es normal. El equipo ha hecho un trabajo muy bueno por él todos estos días y es lógico que quiera darles recompensa. Al margen del amarillo, cuantas más etapas pudiese ganar, mejor para él, para el equipo y para todo. Veníamos aquí buscando el podio; de momento estoy sexto, así que satisfecho no estoy. Vamos a intentar cerrar de la mejor manera posible este Tour, que quedan días duros, especialmente la CRI del sábado; descansar luego un poco y empezar a preparar La Vuelta lo mejor posible”.
Tendrá que aprender a ganar Pogacar, es muy joven todavía, y aunque le sobran fuerzas le falta experiencia para poder calibrar la balanza y saber lo que se debe o no se debe hacer. Se considera un admirador de Indurain y quizás debería ponerse unos vídeos del campeón navarro, que siempre encontró algún pedal amigo en la dificultad; que negociaba simplemente con la mirada, que no hurtaba una satisfacción a sus rivales si podía permirtírselo.
Le achacaron el hecho de que se dejara ganar unas cuántas carreras por falta de ambición, pero tal vez no era eso, sino inteligencia emocional. Saber cuándo debes apretar y cuándo aflojar. De hecho, Indurain no regalaba nada; concedía favores a quienes le habían respaldado. Por eso aquel día triste, que fue el último de su carrera deportiva, cuando descendía El Fito camino de Cangas de Onís, los colegas de profesión que le adelantaban , tenían todos una palabra de ánimo, una palmada en la espalda.
Por eso cuando llegó a la altura del hotel Capitán y se paró en la cuneta para cruzar la carretera y entrar a descansar para siempre de la profesión que le dio fama, gloria y dinero, los coches de los equipos, siempre con prisa, se pararon un momento y le dejaron cruzar la calzada como si hubiera allí un paso de peatones para mostrarle su respeto. Se retiró y sí, se llevó la fama, la gloria y el dinero, pero también ese respeto, que a veces es lo más importante. Será algo que tendrá que aprender Pogacar en lo que parece, puede ser una larga y exitosa carrera profesional. lo repito: no me gustan las exhibiciones.