JON RIVAS | Enviado especial
ANCONA (ITALIA).- En las distancias cortas, Jalabert es el rey. Aclaración: cuando los registros se aprietan hasta confundirse, al francés siempre le sonríe la suerte. En la Vuelta a Burgos fue líder por menos de un segundo. En el Tour de Romandia se impuso en la crono por una diferencia similar. En Ancona, aunque se levantó cansado, tuvo fuerza como para distanciar a Pantani en 55 segundos y dos centésimas. Inapreciables, sin duda, pero que son la distancia -corta- entre vestir de rosa y no hacerlo.
«Esta es mi carrera. Cuando llegue la última semana será cosa de otros», confiesa Laurent. Pero suma ya dos victorias de etapa. Con el casco aerodinámico y la voluntad de hierro, Jalabert se exhibió frente a los especialistas. Pantani, que no lo es, mantuvo el tipo, aunque perdió la maglia. Zülle, que está en la lista, estuvo discreto, después de siete meses sin carreras. Jiménez fue el desastre de siempre en la lucha individual. Lo del túnel de viento del pasado invierno fue más un montaje publicitario que la verdadera voluntad de un ciclista por cambiar. Evidentemente, así nunca podrá ganar una gran vuelta, aunque seguirá dando espectáculo.
Jiménez tuvo que pasar por el trago de verse doblado por otro escalador puro, Marco Pantani. Todavía hay clases. Así las cosas, Dani Clavero se convierte otra vez en el mejor español. Sin tanto alboroto. En la etapa fue sexto y ese mismo lugar ocupa en la general. Pero todavía queda un mundo. De momento, hay empate, aunque Jalabert sea primus inter pares.
LA UCI CONTRA LOS CONTROLES DEL CONI
Sigue la guerra contra el dopaje, pero cada uno la hace por su cuenta. Después del control de sangre y orina realizado por el Comité Olímpico Italiano el pasado jueves y la respuesta de la mayoría de los ciclistas, en forma de amenaza de plante la UCI se pone de parte de éstos. Su presidente, Heinz Verbruggen, en una carta que envió al director del Giro, Carmine Castellano, le recordó que según el reglamento de la Unión Cliclista Internacional, está prohibido que en una carrera internacional controlada por su organismo, se produzcan controles médicos de otras entidades, así que, según Verbruggen, «si algún corredor se niega a pasarlos, no podrá ser sancionado porque no infringe ningún reglamento». Además, señala que «no existe ninguna razón para llevar a cabo controles suplementarios», ya que la UCI los realizó al comienzo del Giro. En el otro bando se sitúa el presidente de la Federación Italiana, Giancarlo Cerruti, enfrentado a Verbruggen y que ayer, en Ancona, afirmó que el presidente de la UCI «siempre está con la misma cantinela». Cerruti afirmó que su federación asume los controles del CONI, y los apoya y que es necesaria una reglamentación internacional unificada para evitar todos los problemas que se han suscitado en los últimos tiempos . El CONI tiene en Italia una mayor fuerza que el Comité Olímpico Español ya que ejerce las funciones que en España tiene el Consejo Superior de Deportes. Es por ello que las federaciones siguen las directrices que se dictan desde su seno. Es otro paso más dentro de la vorágine que envuelve al ciclismo. Otro después del desagradable enfrentamiento entre Pantani y el Mapei. El patrón de la formación italiana, Giorgio Squinzi, tuvo palabras duras contra el corredor, al que acusó de «querer esconder algo», después de que liderara el movimiento contra la realización de controles sanguíneos por parte de diferentes organismos, y de la amenaza de plante de los ciclistas italianos.